La Vicepresidenta Ejecutiva reveló el complot internacional contra la infraestructura energética nacional. Advirtió la existencia de «bandas internas en PDVSA» que se habrían complotado para dañar las instalaciones, calificando estas acciones como parte de «planes terroristas» contra la industria energética nacional.

La vicepresidenta de la República, Delcy Rodríguez, reveló este lunes detalles sobre un plan de sabotaje contra la infraestructura estratégica de PDVSA, señalando directamente al mercenario estadounidense Erick Prince y a la opositora de la extrema derecha María Corina Machado como los principales responsables.

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Durante una rueda de prensa en el Palacio de Miraflores, Rodríguez detalló que los ataques tuvieron como objetivo principal sabotear el Sistema Eléctrico Nacional, interrumpir la distribución de diesel y gas en el país, y generar un impacto significativo en el sistema petrolero y económico venezolano.

Entre los detalles más relevantes, la vicepresidenta informó que las autoridades lograron desarticular un plan que incluía la colocación de un artefacto explosivo en un área de distribución de gas que surte aproximadamente el 80% del territorio nacional. Afortunadamente, las autoridades impidieron su detonación.

Como resultado de estas acciones, se reportó la detención de 11 personas, incluyendo un extranjero que logró evadir la captura. Rodríguez acusó a Machado de abandonar el país después de orquestar el plan, refugiándose en Colombia bajo la protección de grupos paramilitares.

La Vicepresidenta Ejecutiva calificó estos acontecimientos como un intento deliberado de desestabilizar la infraestructura energética venezolana, responsabilizando directamente a Prince y Machado de estas acciones consideradas como un ataque directo a la seguridad nacional.

La alta funcionaria amplió su denuncia destacando la persistente amenaza geopolítica contra la industria petrolera venezolana. Señaló que Estados Unidos mantiene a Venezuela como un «objetivo estratégico del Pentágono» debido a las inmensas reservas energéticas del país, tanto en petróleo —donde Venezuela posee la mayor reserva mundial— como en gas.

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Rodríguez reveló detalles adicionales sobre el impacto económico de los ataques, estimando pérdidas por 157.8 millones de dólares en la producción de petróleo y gas, sin contabilizar los daños al sector industrial. A pesar de la magnitud del ataque, destacó la implementación de planes de contingencia y reconoció la labor de los trabajadores de la planta de gas, quienes están comprometidos en rescatar y recuperar la industria.

La funcionaria denunció explícitamente una presunta coordinación entre el gobierno estadounidense y María Corina Machado para ejecutar «ataques terroristas» contra el sector energético venezolano. Enfatizó que la acción del 11 de noviembre generó una «gran afectación» a la infraestructura que produce más del 80% del gas para el país.

Además, advirtió sobre la existencia de «bandas internas en PDVSA» que se habrían complotado para dañar las instalaciones, calificando estas acciones como parte de «planes terroristas» contra la industria energética nacional.

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